SANTO DOMINGO ESTE.- Lo que antes funcionó como una planta de tratamiento para las aguas residuales, hoy es solo un espacio abandonado, un criadero de ratas, cucarachas y otras alimañas que amenazan la salud de los residentes en El Rosal, Tamarindo, Invivienda, Mendoza y Cancino.
Agueda María Suero, residente en Cancino, define como “muy precarias” las condiciones en que viven los pobladores de esos sectores, debido a las deficiencias en los principales servicios.
Aunque se queja porque el agua para el consumo escasea, la basura se recoge con irregularidad y los insectos abundan, ella manifiesta que la mayor preocupación en este momento es la cantidad de aguas residuales sin tratar, que se convierten en criadero de insectos y amenaza permanente para su salud.
“Pero también tenemos problemas con las calles que se encuentran en total abandono, a pesar de las promesas que han hecho los políticos que ayer y hoy han gobernado, porque después que llegan ninguno se acuerda de volver por aquí”, asegura la señora Suero en su lenguaje de ama de casa con escasa formación.
Manuel Nepomuceno, residente en El Rosal, afirma que esos sectores están “llenos de problemas”, pero allí han tenido la mala suerte de que siempre han sido ignorados por todos los gobiernos, debido a que se han acostumbrado a usarlos cuando están en campaña y después los olvidan.
“Nunca hemos tenido una protección de nadie. Viviendo aquí en la zona oriental no tenemos una calle que esté en condiciones. No tenemos agua para el consumo y los servicios sanitarios no existen”, asegura.
Se lamenta porque en Tamarindo y Cancino una gran cantidad de familias que resultaron afectadas por las lluvias y los vientos de la tormenta Noel, todavía no han recibido “ni la visita” de un funcionario del gobierno para ver en que condiciones quedaron.
“Ellos hablan mucho por la televisión, ellos dicen que han resuelto todo y que están llevando ayuda a las personas que perdieron sus propiedades, pero es una gran mentira. Hemos acudido a todas partes para informar las condiciones en que han quedado muchas familias que residen en estos alrededores, y es la hora, a más de un mes de ese fenómeno, que no hemos recibido ni los buenos días”, dijo Nepomuceno a LISTÍN DIARIO.
Otros males que los residentes en estos sectores de la zona oriental denuncian es la abundancia de conjuntivitis y el temor a que aparezca la leptospirosis, debido a la cantidad de ratas que abunban en la zona. Alegan que por allí las autoridades de Salud Pública ni se han acercado.
La delincuenciaUn mal común que preocupa a los residentes en Cancino, El Tamarindo, El Rosal, Mendoza e Invivienda es la delincuencia. A una sola voz se unen para reclamar que el programa “Barrio Seguro” llegue hasta ellos porque cada día se hace más insoportable residir en esos lugares, debido a las acciones delictivas de jóvenes de los diferentes barrios de la zona que hacen la vida imposible a quienes habitan en esos sectores.
Juan Cabrera afirma que en las últimas semanas las acciones delictivas han aumentado y el patrullaje se ha reducido, a pesar de los anuncios que ha hecho el jefe de la Policía de que los barrios, arterias comerciales y calles de la capital y las provincias serían más vigiladas en estas navidades.
“Necesitamos que se resuelvan los problemas que nos afectan, que se corrijan las deficiencias en los servicios, pero también es necesario que los ciudadanos nos sintamos seguros y en las condiciones en que estamos viviendo es lo que menos tenemos. No queremos ni podemos salir por las noches, pero tampoco salimos en el día, porque a cualquier hora te atrapan dos delincuentes y te despojan de todo, hasta de lo que llevas puesto”, expresó Cabrera.